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Hoy fui a mi primera terapia grupal por trastorno de la conducta alimentaria, en el centro AIDA.. Al finalizar una de las mujeres me pregunta cómo vivo mi trastorno alimenticio con 2 hijas, no alcancé a contestar ya estábamos pasadas como 1 hora… pero en mi casa me puse a pensar que respondería… y llegue a la conclusión de que *gracias* a esta enfermedad, en realidad gracias a que pedí ayuda y llegue a el centro AIDA he  podido cuestionarme todo, pensar y analizar qué quiero para mis hijas, qué tengo que hacer para que mis hijas no pasen por esto, cómo las protejo, cómo hago para que tengan una autoestima positiva… y, a partir de estos cuestionamientos me la juego lo más que puedo por favorecer su autoestima. Durante el camino y las terapias con mi psicóloga me cuestioné lo que significa ser mujer, lo que conlleva y cómo educarlas saliéndome de los paradigmas establecidos por la sociedad que a mí y  a mis hijas nos rodea, esta cultura que ve aún a una mujer que tiene que calzar con los estereotipos de belleza establecidos, desde una cultura influida por valores machistas, generadores de culpa y donde las mujeres tenemos que ser calladitas y *cartuchas*.

​Quiero que mis hijas me vean como mamá pero también como mujer así que estoy saliendo de mi zona de confort ya que gracias a la terapia me he atrevido a ocuparme en sentir seguridad y confianza y a hacer lo que me gusta, me llena y me hace sentido así que estoy trabajando para que mi taller (que hago como educadora en un colegio) sirva para fortalecer la autoestima a niñas y así ayudar a que muchas niñas aprendan a creer e ellas mismas.